jueves, 22 de diciembre de 2016

Las aventuras del rover Curiosity.


Las andanzas del rover Curiosity sobre la superficie de Marte representan uno de los logros técnicos de nuestra civilización, y una muestra de las capacidades de la NASA cuando se dejan de tonterías y van en serio con los proyectos. Depositar sobre la superficie de otro planeta un robot de casi 900 kilos de peso es una hazaña que no vemos a diario, más aun cuando Curiosity es responsable de hallazgos de gran calibre, que han modificado en forma radical nuestra percepción del planeta rojo.



"Selfie" del rover Curiosity sobre la superficie de Marte. Atrás puede divisarse el monte Aeolis, ubicado en el centro del cráter Gale (NASA).


El MSL (Mars Science Laboratory), bautizado como "Curiosity", llegó a  Marte el 5 de agosto del año 2012, eligiéndose como zona de aterrizaje el cráter Gale, ubicado en la zona de Elysium Planitia. Curiosity no es ni barato ni simple -el costo total de la misión asciende a 2.600 millones de dólares- y fue concebida con una idea en mente: averiguar si Marte fue un planeta habitable en el pasado.



El cráter Gale, lugar de las andanzas de Curiosity. Tiene un diámetro de 154 kilómetros y en su centro está situado el monte Aeolis, de 5 kilómetros de altura. La elipse marca el sitio de descenso de Curiosity (NASA).

Una fotografía espectacular: la sonda MRO (Mars Reconaissance orbiter) captó a Curiosity mientras desciende hacia el lugar definido para el aterrizaje (NASA).



La Skycrane deposita suavemente a Curiosity sobre la superficie de Marte. El gran tamaño del robot y su peso de 900 kg. obligaron a los ingenieros de la NASA a ser innovadores con el sistema de descenso (NASA).



Fue depositado en Marte gracias a un complejísimo sistema de frenado mixto que incluyó el uso de paracaídas y retropropulsores llamado Skycrane ("grúa celeste), para disminuir la velocidad de descenso hasta unos pocos kilómetros por hora. A los 23 metros de altura la grúa depósito al Curiosity suavemente, mediante el uso de cables, sobre la superficie de Marte.

Curiosity ya lleva más de cuatro años de aventuras sobre Marte y uno de sus mayores aportes al conocimiento humano fue corroborar que en un pasado lejano el planeta Marte mantuvo grandes volúmenes de agua dulce sobre su superficie, un hecho que nos hace ver a Marte como un planeta que pudo ser habitable y quizá mantener sus propios ecosistemas. De hecho, las indagaciones han demostrado que el mismísimo cráter Gale albergó varios lagos de agua líquida durante un extenso período de millones de años, y el espesor total de los depósitos sedimentarios indican que el agua pudo elevarse hasta unos 800 metros por encima del suelo del cráter.

¿Como podemos saber esto?, bueno, Curiosity ha encontrado muestras de sales y minerales (percloratos) que solo pudieron formarse en contacto con grandes masas de agua. El rover cuenta con un moderno brazo taladro con el cuál ha realizado varias perforaciones para tomar muestras de rocas marcianas. Además, Curiosity ha fotografiado antiguas formaciones geológicas que evidencian antiguos flujos de movimiento rápido. 

¿Donde fue toda esta agua?, es una de las preguntas que falta por contestar. La escasa presión atmosférica (apenas un 1% de la terrestre) y las bajas temperaturas del Marte actual hacen imposible la existencia de agua en estado líquido sobre la superficie del planeta, por esta razón los especialistas creen que hace cientos de millones de años el clima del planeta era muy distinto, con una atmósfera más densa y temperaturas más cálidas. Es probable que una parte del agua se encuentre bajo la superficie del planeta y el resto se evaporó a medida que la presión atmosférica se volvió más tenue. De todas formas, uno de los objetivos esenciales de la misión se cumplió, Curiosity demostró que en algún momento del pasado, hace unos dos mil millones de años, Marte fue un planeta capaz de mantener agua de PH neutro, y por tanto fue un planeta habitable. Por supuesto, debemos aclarar que "planeta habitable" no significa ni es sinónimo de "planeta habitado", quizá a todos nos traicionan las ganas de escuchar ese "gran anuncio"...pero no, paciencia, encontrar restos de antiguos organismos en Marte es un paso para el que todavía falta un buen trecho.



El cráter Gale, cubierto de agua en un lejano pasado (NASA/JPL)



La formación de Kimberley, captada por la cámara de Curiosity. En esta zona se detectaron sedimentos que podrían haber sido formados por el delta de un río que desembocaba en el fondo del cráter (NASA/ JPL-Caltech).


Otro aporte de Curiosity fue corroborar que en la atmósfera de Marte existen trazas de metano, un gas que puede tener dos origenes: geológico o biológico. El robot realizó la detección gracias a su instrumento SAM (Sample Analysis at Mars) y el hallazgo fue anunciado en diciembre de 2014. Si estas trazas de metano son de origen biológico pues huelga decir nada más y estaríamos ante una prueba directa de vida (pasada o actual) en el planeta Marte. La sonda TGO (Trace Gas Orbiter) de la misión ExoMars fue insertada en la órbita de Marte con la fundamental misión de precisar la procedencia del elemento.

No se debe creer que Curiosity a campeado a lo largo y ancho de todo el planeta Marte. Nada de eso. Su rango de acción se ha limitado en exclusiva a los accidentes geográficos del cráter Gale, incluyendo el monte Aeolis. El rover solo puede desplazarse unas cuantas decenas de metros por día, debido a lo accidentado del terreno y a las obvias precauciones que se deben tomar, pues ya se imaginarán la dificultad de arreglar desperfectos mecánicos en un robot situado sobre otro mundo. En específico, el equipo de la misión debe tener extremo cuidado en no desgastar en exceso las ruedas del rover, que durante el primer año en Marte evidenciaron un desgaste mayor al esperado. Las fotografías de las abolladas ruedas causaron cierta inquietud y forzaron a repensar algunas de las rutas preestablecidas por la misión. Hasta ahora el rover tiene que haber recorrido en total una veintena de kilómetros desde el día de su llegada a Marte, un trecho que, sin embargo, le bastó para aportar descubrimientos de gran calibre y convertirse en toda una celebridad. Toda la información recolectada por Curiosity es enviada a las sondas que están actualmente en órbita de Marte: MRO, Mars Odyssey y Mars Express, desde donde se transmite hacia la Tierra.

Mientras lees estas líneas Curiosity (junto al veterano Opportunity) sigue deambulando por el desolado paisaje marciano, un paisaje que -ahora tenemos la certeza- en un lejano pasado fue muy distinto, quizá lo suficientemente distinto y acogedor como para desarrollar sus propias formas de vida. La respuesta a esta interrogante puede estar a la vuelta de la esquina y tener paciencia es la clave.



Las espectaculares imágenes de Curiosity, en este caso la formación conocida como "Murray Buttes",en las cercanías del monte Aeolis (NASA/JPL-Caltech).



La familia robótica que NASA a enviado a Marte. De izquierda a derecha: Pathfinder (1997), Opportunity (2004) y Curiosity (2012). La evolución en la complejidad de las máquinas es evidente (NASA).


NOTA: La Unión astronómica internacional (UAI) denomina "Aeolis" al monte de 5.000 metros ubicado en el centro del cráter Gale, pero NASA generó una polémica cierto interés al rebautizar al monte como "Sharp", en honor al reconocido geólogo estadounidense Robert Sharp (que ya tiene un cráter en Marte) . La UAI es el único organismo facultado para bautizar los relieves de importancia en los planetas del sistema solar y en todos los cuerpos celestes, pero en NASA se han pasado de listillos con el asunto, al fin y al cabo...¿quién irá a plantar su bandera para disputarles el nombre?, en el caso de este modesto blog seguiremos utilizando la denominación internacionalmente aceptada de monte Aeolis.



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