sábado, 3 de septiembre de 2016

El verdadero rostro de Plutón, dios de los infiernos



Hacia rato que tenía ganas de escribir sobre Plutón y los hallazgos que el pasado año nos proporcionó el sobrevuelo de la sonda New Horizons. No me enfocaré en todos los aspectos relativos al sistema Plutón-Caronte, pues prefiero comentar algunos de los principales descubrimientos que nos dejó el paso de la sonda.

Hasta Julio de 2015, la real apariencia de Plutón estaba envuelta en la bruma del misterio. Era el único miembro de la "antigua familia" de nueve planetas del sistema solar que no había recibido la visita de una sonda de exploración. En 2006 -hagamos un poco de historia- la UAI (Unión astronómica internacional) degradó a Plutón a la categoría de "planeta enano", utilizando unos parámetros que no han sido aceptados por toda la comunidad científica, generando una polémica no menor. Aún así el mundo seguía sin ser visitado y muchas de sus características eran terreno de la especulación. Afortunadamente, las cosas iban a cambiar.


Antes de 2015 esta era la mejor imagen que teníamos de Plutón, captada por el telescopio espacial Hubble.
El verdadero rostro de Plutón. Se aprecia el llamado "Corazón de Tombaugh", cuyo lóbulo occidental está ocupado por Sputnik Planum, formación claramente visible en la imagen. (NASA)

Mosaico de imágenes de Plutón (Wikipedia)


En 2006 la NASA lanzó al espacio la sonda New Horizons, con el propósito explícito de alcanzar Plutón el año 2015 y luego continuar más allá... hacia los misteriosos objetos del lejano cinturón de Kuiper. El largo viaje tenía sumidos en la impaciencia a muchos que esperaban dilucidar que sorpresas nos ofrecería este mundo bautizado con el nombre del dios romano del infierno.


De Celestia: Plutón, a la izquierda, contempla al lejano Sol a una distancia de 5.000 millones de kilómetros. Las líneas azules indican las órbitas de los planetas.

New Horizons alcanzó la órbita de Plutón en Julio de 2015, enviando un flujo continuo de imágenes que nos han permitido conocer el verdadero rostro de este planeta oscuro e infernal. Una de las sorpresas más gratas fue que Plutón no era tan aburrido ni estaba tan muerto como se pensaba, sino que mantiene tiene una serie de procesos geológicos (se acepta aplicar este término tan terrestre a otros planetas)  muy interesantes.

La superficie está formada en su mayor parte por hielo de nitrógeno (98%), con algo de metano y monóxido de carbono. El hielo de nitrógeno forma una de las planicies más importantes de Plutón: Sputnik Planum, con una extensión de 870.000 kilómetros cuadrados (más grande que Chile continental). Se ubica en el lóbulo izquierdo del conspicuo "Corazón de Tombaugh", siendo una formación lisa y carente de cráteres, indicativo de su extrema juventud que no debe sobrepasar los diez millones de años.

A diferencia de la infantil Sputnik Planum, la vecina Cthulhu Regio (me emocionó profundamente conocer esta denominación, que me recuerda los tiempos en que era un ávido lector de Lovecraft) tiene miles de millones de años de edad. Esta accidentada región está salpicada de cráteres y es de un color oscuro, que puede deberse a la presencia de tolinas, que son moléculas originadas por la interacción del nitrógeno y metano con los rayos cósmicos y luz ultravioleta. A escala planetaria, resulta todo un misterio esta mixtura entre terrenos jóvenes y antiguos. Constituye un puzzle que los investigadores se esfuerzan por resolver, pero aún se carece de la información necesaria para zanjar el asunto.




Plutón sufre cambios climáticos notables debido a la inclinación y excentricidad de su órbita. Mucha gente cree que en la Tierra el invierno es frío porque estamos a mayor distancia del Sol, y que el verano es caluroso porque nos acercamos a él, pero esto no es así, sino que las diferentes estaciones tienen que ver con la inclinación del eje de la Tierra (de 23,5°) que influye en la cantidad de luz y calor que un hemisferio recibe del Sol. En el caso de Plutón, las diferentes estaciones tienen ciertamente relación con su inclinación axial (122°), pero también tienen que ver con la excentricidad de su órbita, haciendo que la diferencia entre el perihelio y el afelio sea nada menos que 1.200 millones de kilómetros, esto es la distancia que separa al Sol de Saturno. A medida que Plutón se aproxima al Sol el calor sublima el nitrógeno congelado de su superficie, que llega a formar una atmósfera de cierta consideración. La presión de esta atmósfera varía considerablemente según sea la posición de Plutón en la órbita, pero a medida que el planeta enano alcanza su afelio, las temperaturas descienden y los gases de la atmósfera se condensan para volver a caer sobre la superficie. Plutón alcanzó su perihelio en 1989, cuando llegó a estar a 29,7 UA del Sol. En estos momentos está en su fase de alejamiento, alcanzando su afelio en febrero del 2114.

Otra consecuencia de estas variaciones de temperatura y atmósfera es la posibilidad de que Plutón mantenga lagos y ríos de nitrógeno líquido durante el perihelio, que vuelven a congelarse cuando el planeta se distancia del Sol, en otras palabras, un verdadero ciclo del nitrógeno, semejante al vital ciclo del agua en la Tierra. Ninguno fue detectado por la New Horizons, pero es una posibilidad muy interesante, y aunque no hay pruebas reales de que este ciclo exista, aporta un toque de dinamismo a la exploración de un mundo que se consideraba tan muerto y chato. 

La presencia de cadena montañosas es un rasgo interesante, porque implica la existencia de procesos geológicos. Tienen una altura de varios kilómetros, proporcionalmente mucho mayores que las montañas de la Tierra y se piensa que están formadas por hielo de agua. De hecho, los montes Al Idrisi son verdaderos icebergs, montañas de hielo de agua que están literalmente flotando sobre un colchón de hielo de nitrógeno. Estas cadenas se organizan en torno a los bordes de Sputnik planum y el hielo de nitrógeno fluye por gravedad desde sus alturas hasta la planicie. 


Espectacular vista de los montes Norgay, a la izquierda, y de Sputnik planum, a la derecha de la fotografía.


Una pasada por las montañas de Plutón

Se piensa que en Plutón existen criovolcanes, esto es, volcanes extraterrestres que expulsan hielo y agua. Existen dos posibles candidatos, que han recibido los nombres provisorios de Wright Mons y Piccard Mon. El punto es que el agua líquida expulsada por estos criovolcanes debe provenir de una fuente interna del planeta, quizá un océano interno al estilo de Europa.

Caronte, la principal de las cinco lunas de Plutón, esta formada principalmente por hielo de agua. Una de las características más llamativas es una enorme mancha de color rojizo en su polo norte. Le han llamado Mordor Mácula (hermoso nombre !!) y su origen es desconocido, quizá esté relacionado con la presencia de tolinas y los cambios estacionales de temperatura que afectan al satélite.

En el hemisferio sur de Caronte la New Horizons fotografió una montaña que se eleva desde el fondo de una depresión, un hecho que dejó bastante asombrados a los investigadores. 


Primer plano de Caronte. Se divisa claramente Mordor Mácula y el sistema de valles y cañones que atraviesa el ecuador del satélite. (NASA)



Comparación de tamaños entre Plutón y su luna Caronte.

En suma, nuestro planeta enano resultó ser un mundo más complejo de lo que se pensaba. Ahora la sonda New Horizons continuará investigando que otras sorpresas esconde el Cinturón de Kuiper, y uno se pregunta que cosas se podrían encontrar en Eris y en toda aquella cohorte de objetos que, por ahora, son terreno de la especulación. Pero ya sabemos que si el modesto Plutón resultó ser tan movido, entonces muchas cosas podrían pasar.

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