viernes, 26 de agosto de 2016

Sirio, la estrella más brillante del cielo nocturno


Sirio (Alfa Canis Majoris) es la estrella más brillante que podemos ver a simple vista en el cielo nocturno y la séptima más cercana a nuestro sistema solar. A una distancia de 8,6 años luz, podríamos decir que, en términos estelares, está a "la vuelta de la esquina" en comparación a los enormes abismos que nos separan de otros cuerpos celestes. 


La constelación del Can Mayor y sus principales estrellas



Pese a su extraordinario brillo, Sirio A no es una estrella de gran tamaño.

En realidad, Sirio es un sistema binario, es decir, está formado por dos estrellas que gravitan en torno a un centro de gravedad común con un período de 50 años. Sirio A es la componente más grande y brillante del sistema, pues Sirio B -su compañera- es una enana blanca del mismo tamaño que la Tierra pero con 1/5 de la masa de nuestro Sol. Sirio B recibe el coloquial apodo del "cachorro" para distinguirla de la estrella principal y "madura" de la constelación. Respecto a magnitudes, Sirio A es unas 10.000 veces más brillante que su compañera enana. Ambos astros están separadas por una distancia promedio de unas 20 UA (Unidades Astronómicas), equivalente a la existente entre nuestro Sol y el planeta Urano. Para un observador terrestre, esta separación se traduce en un máximo de apenas doce segundos de arco, por tanto, es imposible distinguir a Sirio B a simple vista, pues queda anulada por el intenso fulgor de su compañera. Frederich Bessel, reputado astrónomo prusiano (fue el primero en utilizar el método de la paralaje, calculando la distancia a a la estrella 61 Cyg) sospechó de su existencia ya en 1844, al comprobar que la órbita de Sirio A se veía alterada en forma anómala, pero hubo que esperar hasta 1862, cuando el astrónomo estadounidense Alvan Graham logró avistar a Sirio B en forma totalmente casual.


Sirio A y B (NASA)

Es interesante mencionar que algunos creen que el sistema debe contener un tercer integrante: la hipotética Sirio C, que sería la única forma de explicar ciertas irregularidades orbitales del sistema Sirio. Se han realizado pesquisas, pero sin resultados positivos hasta ahora.

Sirio A, la componente principal, tiene una magnitud aparente de -1,43 y es la estrella más brillante que podemos contemplar en el cielo nocturno a excepción de la Luna, los planetas Venus, Júpiter y algunas ocasiones en que también Marte resulta ser más brillante. Su diámetro es un 70% más grande que nuestro Sol y es unas 25 veces más brillante, razón que contribuye (junto a su cercanía) a explicar porqué la vemos tan deslumbrante en el cielo nocturno. En términos de clasificación, Sirio A es una estrella típica de la secuencia principal (todavía utiliza hidrógeno como combustible principal) tipo A1V1, de un característico brillo blanco y una masa dos veces superior a nuestro Sol. Su temperatura en superficie ronda los 9.900 K, fría si la comparamos con la estrella Spica, que está a 20.000 K, pero bastante más caliente que nuestro Sol (a 5.700 K) o Aldebarán (a 3.000 K)

Sirio A rota sobre su eje con paso relajado: apenas 16 km/s, una baja velocidad en términos comparativos, por lo cuál su disco no presenta achatamientos hacia los polos. Según los cálculos, Sirio se está aproximando a nosotros y dentro de unos 60.000 años estará a unos 7,8 años luz, tan cerca, que su magnitud aparente será de -1,68, pero a partir de ese punto cambiará de rumbo y se alejará del sistema solar.

Sirio A y B rotan en torno a un punto de gravedad común en un período de 50 años. La órbita es una elipse bastante pronunciada (excéntrica) y durante el periapsis, que es el período de máximo acercamiento entre los dos astros, se reduce a unos 1.200 millones de kilometros, similar a la distancia que separa al Sol del planeta Saturno. Durante el máximo alejamiento -apoapsis- sube a unos 5.000 millones de kilómetros,


Del programa Celestia: La enana Sirio B brilla en primer plano a la izquierda, mientras divisamos el fulgor de Sirio A a la derecha, a unos 4.000  millones de km de distancia

Se ha calculado una edad de 300 millones de años para el sistema de Sirio, y se proyecta que brillará en  su forma actual por otros 1.000 millones de años más. En ese momento Sirio A, al ser más grande y caliente que el Sol, agotará sus reservas de hidrógeno y se convertirá en una gigante roja como en algún momento lo fue su fenecida compañera Sirio B. Nuestro Sol, con una edad de unos 5.000 millones de años, es unas 16 veces más viejo y todavía le queda cuerda  (otros 5.000 millones) para mucho rato más.


Comparación de tamaños entre Sirio B y nuestro planeta. Sirio B es un cádaver estelar, una estrella que ya salió de la secuencia principal, muy pequeña, pero caliente y densa.


Tan conspicua, Sirio  es fácilmente ubicable en el cielo nocturno, gracias a su fulgor deslumbrante. Sus coordenadas son A.R. 06h, 45m 0,89s DEC -16° 42' 58,017". Es visible para la mayoría de la población mundial y su acceso solo queda restringido a latitudes superiores a los +73°, donde, debido a la curvatura de la Tierra, nunca la ven alzarse sobre el horizonte. En contraste, en el hemisferio sur es circumpolar a partir de los -73°, lo que significa que nunca se hunde en el horizonte y es visible en cualquier época del año.

Sirio es una astro típico del verano del hemisferio austral. Durante los meses de Diciembre - Febrero es visible durante casi toda la noche, siguiendo con vigoroso paso la nocturna marcha de Orión el cazador. Durante los meses de invierno sólo es visible durante breves intervalos al atardecer o se hace presente a altas horas de la noche. 

La mayoría de quienes comienzan a  interesarse en la astronomía realizan sus primeras observaciones durante el verano, que es cuando las condiciones son óptimas. Yo hice lo mismo y mis primeras "salidas a terreno" estuvieron orientadas por dos faros: la constelación de Orión y el intenso brillo de Sirio. Para los interesados, dejo dos métodos que permiten localizar fácilmente a Sirio en la bóveda celeste:

1) Ubicar la inconfundible constelación de Orión. Fijarse en su cinturón (las populares tres Marías) y prolongar desde ahí una línea imaginaria que  llegará hasta Sirio




2) Divisar el triángulo formado por los astros Betelgeuse, Proción y Sirio. La más brillante de las tres es nuestra estrella.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...